martes, 12 de mayo de 2009

Los Mas Conocidos

Los cuidados del gato que vive en casa

  • Trastornos de “interior”
  • Mientras que los gatos que viven de forma “callejera” presentan una esperanza de vida de 2 a 4 años, los que viven dentro de casa tienen una perspectiva de 12-13 años de vida. ¿A qué se debe? Por otro lado, estos felinos domésticos presentan unas patologías propias de su vida sedentaria.
  • La mejora espectacular de su esperanza de vida depende básicamente de tres factores: la no exposición a riesgos potencialmente letales (coches, peleas, infecciones víricas, etc.), a su alimentación (continua, sin esfuerzo y de calidad) y a los cuidados sanitarios que recibe.
    Pero los gatos que viven dentro de casa, tienen tendencia a padecer determinadas patologías relacionadas con su sedentarismo.
  • Obesidad
  • De entre las patologías más habituales, cabe destacar la obesidad. El gato que vive dentro de casa apenas está motivado para realizar ejercicio. Suele pasar la mayor parte del día durmiendo o tumbado. Además, no ha de pelearse por el sustento y éste está siempre disponible en su comedero.

    La obesidad promueve aún más el sedentarismo, aumenta el riesgo de enfermedades tales como las cardiorrespiratorias, hipertensión arterial, diabetes mellitus, procesos articulares (artrosis, artritis...), disminuye la fertilidad y aumenta el riesgo frente a las anestesias e intervenciones quirúrgicas.

    Un gato obeso suele presentar un aspecto desaliñado, un pelaje sucio y despeinado, dado que por su obesidad no es capaz de acicalarse el tercio posterior.

    Es importante evitar y controlar la obesidad en los gatos de casa, midiendo la cantidad de alimento que ingiere al día, incitándole a juegos que hagan que se mueva, y proporcionándole un alimento con un nivel bajo en calorías y un nivel moderado de fibra.
  • Muda continua
  • La muda del pelo se rige por los fotoperiodos. Los gatos que viven en la calle, sometidos a los cambios de temperatura estacionales y a las horas de luz que marcan las diferentes estaciones del año, pierden menos pelo que los que viven en casa y sólo lo hacen en determinados momentos.
    El gato que pasa la mayor parte del día dentro de casa está expuesto a más horas de luz natural y artificial, con una temperatura más o menos constante todo el año (en invierno no pasa frío por la calefacción y en verano disfruta del aire acondicionado...) por lo que las mudas no suelen llevar los ciclos naturales ni durar lo habitual. El resultado es que el gato está perdiendo pelo de manera constante durante todo el año.

    Por ello es importante favorecer la salud del pelo de los gatos caseros, que están en constante muda, a través de alimentos de alta calidad, digestibles y con ácidos grasos esenciales omega 3 y 6 que favorezcan la salud de la piel, y un pelo brillante y lustroso.
  • Bolas de pelo
  • Adicionalmente a esta pérdida constante de pelo, aparece otro signo habitual en los gatos: los tricobezoares o bolas de pelo. El término “tricobezoar” significa bola de pelo (tricos quiere decir pelo en latín). Las bolas pueden presentar, además de pelos, restos de alimento, de secreciones gástricas o restos de materiales vegetales (si el gato ha ingerido trocitos de hierba o de hojas).

    Un gato sano se acicala mediante el lamido, se limpia y se cepilla el pelo. Su lengua es rugosa debido a la presencia de una especie de espículas o papilas que actúan como un cepillo, arrastrando el pelo muerto y tragándoselo. El pelo muerto transita por el tracto digestivo normalmente y, o bien es excretado por las heces, o es regurgitado. Ocasionalmente, la excreción de la bola puede ir precedida de una pequeña regurgitación de fluido gástrico o comida, o puede escucharse una especie de tos seca.

    En ocasiones, cuando se ingiere demasiado pelo o si el proceso de la digestión se ve alterado por algún problema (trastornos de la motilidad, enfermedades intestinales inflamatorias...), se forman bolas de pelo que se acumulan en el estómago o en el intestino.

    Un gato puede ingerir demasiado pelo si padece trastornos conductuales o neurológicos. Los gatos que se aburren se lamen en exceso, llegándose a provocar alopecias y heridas, además de ingerir una cantidad excesiva de pelo. Los gatos que padecen ansiedad se lamen o se mordisquean el pelo continuamente, formándose zonas alopécicas e ingiriendo mucho pelo.

    Además de los gatos que presentan las patologías anteriormente citadas, los que viven en casa (y que, por tanto, se aburren y se acicalan más), los de pelo largo o semilargo (Persas o cruces de Persa, Noruego de los Bosques...) o los que conviven con otros felinos y, por ser muy sociables, se acicalan a sí mismos y a los demás, tienden a padecer más la formación de tricobezoares.

    En condiciones naturales y los gatos que tienen acceso al exterior o al jardín pueden ingerir hierbas o restos vegetales para favorecer la eliminación de las bolas de pelo.

    Como hemos comentado, estas bolas suelen expulsarse normalmente, pero si ello no ocurriera, su presencia en el tracto gastrointestinal puede provocar síntomas tales como vómitos, diarreas o constipación, obstrucción gastrointestinal (en este caso debe someterse a extracción quirúrgica), anorexia, pérdida de peso...

    La presencia de bolas de pelo se diagnostica tanto por los síntomas que el gato manifiesta, como por la confirmación de su presencia a través de la ecografía o radiografía. El tratamiento a seguir consiste en la administración de fluidos o medicamentos que mejoren el tránsito gastrointestinal, y por tanto la eliminación de la bola, o bien la intervención quirúrgica para poder extirparla.
  • Prevención
  • Para evitar la formación de bolas de pelo se debe:

    -Cepillar frecuentemente al gato para eliminar mecánicamente el pelo muerto y evitar que lo ingiera.

    - Administrar productos apropiados para la eliminación de bolas de pelo (aunque no siempre son bien tolerados).

    - Proporcionar al gato una alimentación altamente digestible, que incorpore fibra, especialmente fibra de avena, que favorece la formación y eliminación de las bolas de pelo.

  • [Affinity Petcare]
  • Destacados:
  • Un gato obeso suele presentar un aspecto desaliñado, un pelaje sucio y despeinado, dado que por su obesidad no es capaz de acicalarse el tercio posterior.
  • Los gatos que se aburren, que viven en casa, de pelo largo o semilargo, que conviven con otros felinos y los que padecen trastornos conductuales padecen más la formación de tricobezoares.






  • Veterinario.
En cuanto el perro entre en casa por primera vez, haz una visita al veterinario, para que haga una revisión de su estado general, establezca un calendario de vacunas y desparasitaciones, te ayude a organizar su dieta, y en general, haga todo lo necesario relacionado con la salud del perro. Y no olvides que tienes que visitarle periodicamente. Para más detalles sobre los aspectos sanitarios mira en las páginas de salud.
  • Ejercicio.
Del mismo modo que ha de comer regularmente, el perro ha de realizar ejercicio regularmente. Trata de ser estable e imponer unos horarios fijos para ambas cosas. El perro lo agradecerá y te hará la vida más fácil. En cuanto a la duración de los paseos, la única regla es que cuanto más, mejor. Posiblemente el perro estará encerrado en casa la mayor parte del día, pero no está diseñado para la inmovilidad. La falta de ejercicio puede causar problemas de salud y carácter al animal, por no hablar de que te puede destrozar la casa por simple aburrimiento. Las distintas razas de perros tienen distintas necesidades, por lo que puede ser conveniente averiguar primero cual es la más adecuada para el tipo de vida que intentas darles. Mira más información respecto a este tema en las páginas de la elección del perro.
  • Espacio y yacija.
No todos los perros se adaptan igual a todos los ambientes, pero hay más margen del que normalmente se cree. Por ejemplo, un perro grande tipo pastor alemán puede vivir perfectamente en un apartamento no muy grande, siempre y cuando se lo compenses con un ejercicio regular y adecuado. Mira más detalles en las páginas de acondicionamiento de la vivienda.

Si tienes espacio suficiente, le puedes hacer una “cama” particular (¡y enseñarle a que no use otra cosa!), o hacerle usar una manta en el suelo. En cualquier caso no debes dejarle dormir en tu cama (de cachorro es un encanto, parece un peluche, pero si es de una raza que llega a pesar 50 Kg, te acabarás arrepintiendo). Recuerda que cualquier costumbre que adquiera de cachorro, es muy difícil quitarsela después.
  • Necesidades.
Cuando el perro ha aprendido a contener sus necesidades y no ensuciar en casa (ver páginas de educación del perro), el animal se aguantará hasta reventar, antes que manchar el suelo. No le hagas sufrir innecesariamente. La regularidad de horarios es importante, de este modo el perro sabrá “cuando le toca” y hasta cuando debe de aguantarse. Enseñalé a hacerlo en los lugares adecuados, y recoge sus deposiciones (si no lo tienes claro, visita las páginas sobre "educación del amo;-)

  • Higiene y cuidados en la calle.
La calle es el lugar donde nuestro perro se lo pasa mejor, pero también donde están los mayores riesgos para su salud. Por tanto, conviene tomar algunas precauciones.

Por supuesto, no se trata de sacar a pasear al perro encerrado en una burbuja. Tan solo hay que controlar algunos detalles, cosa que se puede hacer fácilmente y sin tener que dedicar una atención excesiva. El paseo ha de ser una actividad placentera, tanto para el perro como para el amo, y si se presta atención, se evitarán problemas. Por otro lado, los consejos de la siguiente lista son fáciles de seguir, y acabarán convirtiendose en una actitud inconsciente por nuestra parte, de modo que tampoco requieren un gran esfuerzo. Veamos:
  • En cachorros recién destetados (lo que suele significar recién adquiridos) hay que evitar el paseo y el contacto con otros perros hasta que el veterinario les haya puesto su primer lote de vacunas, como mínimo. Es un periodo en el cual su organismo practicamente no tiene defensas.

  • Posibles fuentes de contagio de enfermedades son las deposiciones de otros perros. La orina y heces de otros perros serán tan "sanas" como el perro que las haya producido. Ya que, evidentemente, no podemos saber el estado de ese otro perro, hay que evitar riesgos. Dicho claramente: hay que quitar al perro la costumbre de hurgar ahí.

    Es difícil. Por instinto el perro olfatea orines y deposiciones, ya que le dan muchisima información acerca del otro animal. En principio, el que olisquee no es problema. Lo que hay que evitar es la tendencia a lamer. Esto puede conseguirse en la mayoría de los casos "castigandole" al primer lametón. De todas formas, si tu perro es macho y olfatea orina de una hembra en celo, no hay educación que valga y habrá que apartar al perro por la fuerza.

  • Peor aún son las basuras. Nunca se le debe dejar hurgar en ellas. En este caso, el riesgo para el perro no es mayor que en el caso anterior, pero si lo es para las personas. La hidatidosis es una enfermedad parasitaria, que al perro no le afecta, en tanto que solo transporta los parásitos en un momento de su ciclo de vida, pero luego lo contagia a las personas, para las cuales puede llegar a ser mortal. Además de las basuras, el perro puede ingerir los parásitos a traves de las heces de otro perro infectado, con lo que volvemos al caso anterior.

  • En la ciudad, el perro siempre debería de ir atado. No es solo cuestión de cumplir las ordenanzas legales (que lo exigen). Es que solo si el perro va atado podremos intervenir rápidamente, mediante un tirón de la correa, para apartarle de basuras, heces, etc, y para evitar que el perro salga corriendo si algo le llama la atención (un gato, otro perro, un niño jugando...) y evitar accidentes. Recordemos que si el perro iba suelto y salta y cruza la calle y es atropellado, la culpa no será de nadie más que de nosotros.

  • Por instinto, un perro macho adulto tendrá tendencia a pelearse con otros machos, y a intentar montar a cualquier hembra que se lo permita. Una hembra, pese a ser menos agresiva, también puede querer pelarse con otras hembras, y si está en celo, dejarse montar por un macho. Solo si van atados les podremos controlar de inmediato. En el caso de que estas situaciones se produzcan (por algún motivo no se han podido evitar), esto es lo que se debe hacer:

    • Pelea: Hay que armarse de valor e intentar separarlos. Si uno de los dos animales es muy inferior, se someterá rápidamente y no habrá más problemas. Pero como ambos sean dominantes, la pelea es "a por todas", y puede acabar muy mal.

    • Monta: No hay nada que hacer. Hay que esperar a que terminen y se separen por si mismos. El motivo es que, por circunstancias anatómicas, el macho no puede salir hasta que ha terminado. Si se intenta separarlos por la fuerza hay un riesgo muy alto de causar lesiones permanentes tanto al macho (afectando a su aparato reproductor) como a la hembra (desde desgarros, hasta rotura del hueso pelviano).

  • En una hembra en celo, hay que limitar el paseo al tiempo mínimo imprescindible. Esto solo dura unos días, y se evita el riesgo de que se produzca una monta indeseada, por no hablar de que la van a perseguir todos los perros y puede acabar asustandose.

  • Si sacamos al perro a un parque donde hay cesped y se le puede dejar suelto, no hay que olvidar, cuando entremos de nuevo en casa, hacerle una pequeña revisión en busca de garrapatas. Hay que hacer esto también si ha estado jugando con otros perros.


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